Son los primeros 100 días, y dicen bien que la reversa
también es cambio. El ayuntamiento de Solidaridad encabezado por Cristina
Torres tuvo en este lapso destellos pero de ‘show’ que se convirtieron en una
tragicomedia; de risa porque se hizo el harakiri al culpar a instituciones municipales para tratar de quedar bien ante la opinión pública, pero no se dio cuenta - o quiso engañar a la gente - que ella es la responsable del pésimo proceder del gobierno municipal,
como el caso Belén, y que hasta hoy, la directora de Policía Turística sigue en el cargo; y tragedia porque sus indecisiones, torpeza, incapacidad
sume al municipio en la ignominia que inició Mauricio Góngora.
Falló al no garantizar la seguridad pública; el miércoles
pasado, la Policía esperaba los saqueos en la gasolinera y simplemente permitió
los desmanes incluido agresiones a ciudadanos, las tiendas departamentales y
muchos negocios no se sienten protegidos y ponen hasta barricadas para protegerse
de posibles actos de violencia; la Marina tuvo que intervenir para
resguardar el orden.
Y eso sin contar las ejecuciones sin detenidos, asaltos
a mano armada perpetrados a tiendas departamentales, pequeños negocios y transeúntes.
Falló con la Policía; fueron casi 2 meses para que
nombrara al director, todo un ‘récord’, al menos para Q. Roo. Su indecisión, incapacidad y exagerada ‘venta’ de feminismo le llevaron a perder el orden en las
corporaciones, pues como ejemplo están las 2 mujeres que puso, tanto en la Turística como Tránsito,
son de dudosa capacidad y bajo su amparo se pasan por el arco del triunfo al
director general Luis Maldonado; resultado: molestia generalizada de la tropa y mandos medios.
Falló en la Secretaría General; Alberto Farfán genera problemas y no soluciones. Como que se tomó muy en serio eso de perjudicar al
Por Esto y sin querer queriendo le invadió 10 metros cuadrados a una propiedad
de los Chuc; pero hay más, falló en la línea institucional al perder las
elecciones de Puerto Aventuras, sin duda, se la cobraron a Cristina; y actualmente se mete en los asuntos internos de la Canaco.
Falló al incrustar en las dependencias a gente señalada
de corrupta y/o indeseables ególatras, como es el caso del director de
Ingresos, Daniel Romero que el mismo Greg Sánchez lo corrió por insostenible al ser acusado públicamente por empresarios cancunenses; y
no se diga de Ismael Sauceda, el
‘especialista’ en escupir pa’arriba y su gargajo siempre le cae en la cara, critica las
noticias policiacas por tratar temas sensibles pero es el primer hipócrita en
filmarse cuando la Fiscalía General liberó a Martha, criticó a los medios de comunicación que
denostaron a Carlos Joaquín y apoyaron a Mauricio Góngora, pero se quedó callado cuando Cristina Torres hizo
su show con Pépe Gómez y Julio César Chávez; y eso sin contar su comentario
misógino contra la regidora del PRD, Alejandra.
Falló en su congruencia. Le dio paso a su conveniente o
natural bipolaridad. Abanderó la causa ciudadana contra Aguakan pero tiene como
director de Protección Civil a Orlando Muñoz, quien además de haber aprobado la
concesión a esta empresa, cuando fue regidor con Mauricio Góngora, tampoco está certificado por el Conapred para ejercer el cargo. Más aún, tanto que critica últimamente a Filiberto, porque antes se le arrastraba, será capaz de auditarlo cuando fue parte de ese ayuntamiento, en el que incluso votó para endeudarlo como síndico, durante el interinato de Rafael Kantún.
Falló a la economía de Solidaridad al promover el impuesto
de saneamiento. Pero en este caso surge otra vez su bipolaridad, pues además de
declarar que se estudiaría para este 2017 la posibilidad de que sea viable este
impuesto disfrazado de derecho mediante consenso con los empresarios, se les adelantó y los acuchilló traperamente por la espalda, y el
impuesto se aprobó en ‘fast track’, y aunque le eche la culpa a Arcila o a todo
el Congreso, lo cierto es que no le solicitó a
los legisladores que dieran marcha atrás y tampoco le pidió al gobernador que lo vetara,
simplemente guardó silencio, y el que calla
otorga, pero además esta propuesta se le atribuye al regidor Gustavo Maldonado,
es decir, vino de su equipo y por ende no solo le dio el visto bueno, también
lo avaló.
Estos fallos son los que están a la vista de todos, hay
muchos más en áreas que pasan prácticamente desapercibidas como servicios
generales, comunicación social, casa de la cultura, instituto del deporte, y eso sin contar que Cristina Torres es un híbrido político, renunció al PRI, se postuló por el PAN y PRD, pero actualmente no tiene partido político, lo que demuestra de origen otra más de sus indefiniciones, pero
en su momento abordaremos estos temas.
Por lo pronto, fueron 100 días fallidos en donde el
‘show’ de Cristina Torres, o como lo pronuncia ella, ‘chow’, se convirtió en
más tragedia que comedia.
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