Sostuvimos en este espacio
que la candidatura de Mauricio Góngora fue designada con el propósito de perder como parte de
un plan de conspiración del mismo PRI nacional para entregarle Quintana Roo a
los Joaquín. La primera deducción fue un simple pregunta: ¿ por qué imponer al
candidato más débil?
Quienes nos jactamos de
conocer, al menos un poco, el sistema, no dábamos crédito de tal aberración
política que estaba torcida de origen, y aún así, ¿quitar a Chanito para imponer a Mauricio? fue
equivalente a cambiar oro por caca. Los resultados están a la vista. Los
“chanistas” (y lo dijo Mario Villanueva, también, no sólo nosotros) terminaron
de fracturar al PRI de Q. Roo ante un situación de vergüenza mayúscula al tener a
Mauricio Góngora como su abanderado, un tipo que resta, divide, traiciona y por
estas “lindas cualidades” se convierte en un gran lastre más pesado que todas
sus propiedades juntas no declaró.
A lo largo de la campaña, se
vieron situaciones muy extrañas como el auto atentado de Félix González al
inducir que lo filmen con su propio teléfono arrancando propaganda de Carlos
Joaquín; la desaparición del gobernador Roberto Borge; el tráiler accidentado
en Tamaulipas que sirvió para exhibirle toda su mercancía que sería destinada para la campaña; la
incondicional de Pedro Joaquín, Magaly Achach y su “muñeco de alambre”
ofendiendo a los electores de Quintana Roo; el periodista y escritor Justo May editando un
libro que salió 10 días antes de las elecciones en el cual abona a la teoría de
la conspiración. Es decir. Fueron muchos mensajes que indicaron y prepararon al pueblo para la
alternancia.
Hoy, la conspiración del PRI
está consumada. Quintana Roo ya fue entregado a los Joaquín posiblemente con el
objetivo de financiar una campaña presidencial del poderoso grupo de Manlio
Fabio Beltrones que es realmente el responsable de mover el pandero político
del PRI, ante la ausencia política y operativa de Enrique Peña Nieto, de quien
se dice está enfermo de cáncer, y por ende no atiende adecuadamente la política interna de su
partido.
Pero aún así, seguramente, el
presidente tiene puesta la mirada en alguien de su plena
confianza para sucederlo, se dice que puede ser Chong, Videgaray o Nuño. A este último se le
adjudica incluso la autoría de la salida del programa de Brozo, El Mañanero,
por los constantes señalamiento del payaso tenebroso que perjudican sus
aspiraciones presidenciales.
Sin duda, el grupo de Manlio
competirá por debajo de la mesa por quedarse con la nominación presidencial del
PRI, y para ello necesita dinero, y mucho. Hoy, alguien puede preguntar, pero
con estos resultados puede costarle su cargo de presidente del PRI y pasar a
los anales históricos como un perdedor, lo cual le restaría oportunidad de ser
un abanderado competitivo en 2018. Sin embargo, sólo hago pregunta, ¿y si el
tapado de ese grupo es Pedro Joaquín?
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