¡Cristina no puede!, 5 meses de asesinatos

Son 5 meses de asesinatos y payasadas de Cristina Torres, la  improvisada presidente municipal que ganó gracias  a  la traición de ‘La Pinky’, menos conocido como Mauricio Góngora y Roberto Borge. Y que hoy palpamos trágicamente  los riesgos de la democracia.

Otro asesinato sin detenidos

Asesinatos, porque jamás Solidaridad tuvo tantas desgracias en tan poco tiempo por la torpeza de una aprendiz de política que no puede garantizar la seguridad pública: El pipero colombiano, antes la ejecución del mecánico ‘Frank’, la matanza del Blue Parrot, estas ejecuciones de taxistas, eso sin contar otros asesinatos a lo largo de 5 meses desastrosos.

Payasadas porque cree que estar al frente de un ayuntamiento es poner amiguitas inexpertas en las policías, ‘verduleras’ (por favor, que me disculpen las mujeres que venden verduras) en las direcciones, impresentables en tesorería, bocazas en el DIF, improvisados en Protección Civil y sin duda, un imbécil como ella  en la secretaría general, y también podemos pasar por oficialía mayor, pero será en otra entrega.

La asesinaron en presencia de su hija

Payasadas porque le echa la Policía a tianguistas, porque se le arruga el ojete enfrentar al crimen organizado, como sucedió hoy. Ejecutaron a una mujer taxista en presencia de su hija y no hay detenidos, como tampoco lo hubo el sábado pasado con el asesinato del otro chafirete en el camino que lleva a X’Caret.

Pero en cambio, la cobarde Cristina Torres si le echa a la Policía a tianguistas de Villas del Sol para tratar de intimidarlos, y los trata como si fueran delincuentes, y si quiere criminales, primero que le eche un vistazo a la tesorería y a su propio pasado cuando chingaba a la gente de la Colosio mientras estaba al frente de la Desarrolladora.

Por cierto una anécdota, alguna vez quiso invadir un terreno, como de media hectárea, ubicado a un lado del cementerio y en pie de carretera, pero no logró su cometido porque a punto estuvieron de romperle la madre por los dueños de es epredio, a ella y su gente; en ese entonces Martín Estrata, que era jefe de la Policía local no tuvo más remedio que retirarse ante 3 cientos sujetos armados. Por cierto, quien dude de esta información pueden preguntarle a los dueños de Turicún, los Noya.

En Villas del Sol

Recordar este pasaje es para recordar tristemente aquel refrán que dice: ‘sabe la cerda dónde se unta’. No es lo mismo intimidar tianguistas que enfrentar asesinos. Y lo digo aunque se enoje el cura rebelde Pablo Pérez.

La Policía municipal sirve para ‘PREVENIR’ el delito, 'GARANTIZAR LA SEGURIDAD PÚBLICA', y el asesinato es un delito grave, y la municipalidad está obligada a combatirlo aunque sea del crimen organizado; la Policía Ministerial es investigadora, no preventiva; digo esto para que no se confundan y quieran justificar a Cristina diciendo la tontería de que no se puede meter porque es una orden de ‘arriba’ para  no combatir los cárteles porque no es su facultad.

¡Momento! Para empezar no se sabe si estos asesinatos son de narcos, eso especulación porque  no está investigado, actualmente hay una serie de asesinatos y la Policía no ha respondido a la altura de las circunstancias para combatir la ola de violencia que continúa, y todi porque Cristina no puede garantizar la seguridad pública por ineficiente, porque desde el principio contaminó la Policía al meter un desorden descomunal cuando colocó a sus 'amiguitas', las ‘panteras rosas’ en la Turística y Tránsito, lo cual tiene a la tropa y mandos medios peor que encabronados contra este aprendiz de presidente municipal. Y esa desorganización la huelen los criminales, quienes ven un desorden propicio para la impunidad. Total, la Policía nunca atrapa a nadie, entonces cada quien haga lo que quiera, a final de cuentas, los lamehuevos y lacayos de Cristina dicen en redes sociales que 'todo está bien', 'todo es perfecto' y 'no pasa nada'.

Por cierto, me comentaban el otro día que el cura rebelde ya defiende a Cristina Torres porque ya le dieron su ‘pollito’. Yo sinceramente no lo creo, el padre Pablo Pérez sigue teniendo, aún, el respeto de muchos de nosotros que vivimos en Playa del Carmen, más bien creo que le ganó su profunda vocación religiosa de defender almas y causas perdidas como a esta payasa de Cristina Torres. Amén.

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