No será genio, pero Arturo Castro Duarte es una figura
política de Solidaridad, y ahora decidió dejar su militancia de décadas en el
PRI para saltar a Morena; al fin y al cabo siempre admiró y compartió la
filosofía política del ‘Peje’, y ahora se ha convertido en uno de sus
afiliados.
Arturo Castro se mueve desde hace semanas en los círculos
políticos de Solidaridad, Quintana Roo y de la nación en busca de la nominación
de Morena para ser el abanderado a la presidencia municipal de Solidaridad
2018-2021.
De lograr la candidatura, sus posibilidades de triunfo
serían reales, pues ante un PRI despedazado, que para colmo de su desgracia es
casi un hecho que no tendrá candidato a alcalde en Solidaridad, ya que sería la
‘rémora’ del Partido Verde que llevaría mano en la alianza para el próximo proceso
electoral que se iniciará a finales del próximo año.
Pero además, todo indica que el PAN y PRD enfrentarán la
contienda presidencial de 2018 por separados, y en Q. Roo, también caminarían
por senderos diferentes, y eso sin contar que ya no habrá un efecto Carlos
Joaquín para apuntalar a sus candidatos, pues incluso, su bono electoral se
pierde fugazmente por el desencanto de su gobierno de ‘cambio’.
Y para rematar, el pésimo trabajo de Cristina Torres, una
improvisada que llegó por accidente a la presidencia municipal de Solidaridad,
y cuya ineptitud hoy se refleja principalmente en la inseguridad desbordada en
Solidaridad, en donde el colmo no tiene límites, al grado de que asaltan a los
mismo policías en funciones y hasta el uniforme les quitan.
En contraparte, al estar homologada elección local con la
presidencial, por primera vez en la historia de Q. Roo, se espera que Morena
gane Solidaridad por el efecto tsunami de Andrés Manuel López Obrador, quien
históricamente siempre ha ganado en Solidaridad, cuando su nombre aparece en la
boleta electoral.
Ese ‘efecto peje’, pondría en la palestra a Arturo Castro
como el candidato a vencer en 2018, desde ahora.
Cuando Arturo Castro era el gerente de CAPA en Solidaridad,
dijo que no había motivo para concesionar el agua porque esta dependencia de
gobierno estatal era autosuficiente. Casi de inmediato, el ex gobernador Borge
lo sacó incluso de Solidaridad y lo mandó de subsecretario de Educación Pública
en la Zona Norte, con sede en Cancún, con la doble intención de que renuncie y para
agarrar papas hirviendo por los problemas de magisterio que estaban muy enardecidos,
es decir, lo mandó a quemarse.
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