Es extremadamente preocupante y desalentador ver cómo se deterioró Tulum en tan solo 2 meses, desde que Diego Castañón asumió la presidencia municipal interina por el lamentable fallecimiento del titular, Marciano Dzul.
La "manzanita verde de la discordia", menos conocido como Diego Castañón, se puede permitir que su municipio sea plagado por una policía deficiente y altos índices de asesinatos (al menos 39 homicidios en 2 meses). Esta situación refleja una clara falta de liderazgo, incompetencia y negligencia en el ejercicio de su cargo.
La principal responsabilidad de un presidente municipal es garantizar la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos. Sin embargo, en este caso, se ha fallado rotundamente en esa tarea fundamental.
Una policía deficiente muestra la falta de inversión en capacitación, recursos y supervisión adecuada. Esto conduce a una disminución de la capacidad de respuesta ante los delitos y al debilitamiento del Estado de derecho en la comunidad.
Los altos índices de asesinatos son una manifestación clara de la incapacidad de Diego Castañón alias -"la manzanita verde de la discordia"- para abordar eficazmente la violencia y proteger a sus ciudadanos. Estos asesinatos representan vidas perdidas y familias destrozadas, y cada uno de ellos es una dolorosa prueba del fracaso de la administración local para garantizar la seguridad pública.
Además de la falta de seguridad, este presidente municipal interino demuestra un desprecio alarmante por la vida y el bienestar de sus ciudadanos. La incapacidad para enfrentar de manera efectiva los altos índices de asesinatos muestra una indiferencia inaceptable hacia la gravedad de la situación. Es el municipio, per cápita, más violento de Quintana Roo y quizá de México.
Los ciudadanos de Tulum merecen un líder comprometido, capaz de tomar medidas decisivas y enérgicas para abordar estos problemas urgentes.
Es fundamental que se tomen medidas inmediatas para abordar esta situación preocupante y restaurar la confianza en la capacidad de liderazgo en el municipio.
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